quinta-feira, 28 de julho de 2011

Qué debería saber la gente en general sobre bipolares

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Diferentemente de lo que muchos piensan, ser bipolar no es sentirse triste en un momento y alegre en el próximo, no es quedarse indeciso sobre viajar a Nueva York o reemplazar los muebles de la sala por otros, porque el dinero no es suficiente para ambas cosas, no es hacer todo lo que se quiere por capricho o por antojo.

Todos nos quedamos alegres o tristes cuando tenemos razones, lo que es muy natural. Todos tenemos sentimientos y reaccionamos a las circunstancias, proque estamos pegados a la realidad y no podemos huir de ella, por lo menos no mucho si somos realistas y tenemos nuestros pies en el suelo.

Pero incluso los soñadores y los optimistas no dejan de reaccionar a las circunstancias o al mundo exterior. Lo que marca la diferencia es que un soñador u optimista se alegra por cosas que él ve en el futuro, por cosas en las que él cree, no dejando de encontrar razones en el mundo exterior para ser contente... El optimismo no viene de la nada.

El que se desespera o pierde sus esperanzas también ve en el presente o en el futuro algo que lo desalienta, no dejando de ser una reacción al mundo exterior. Hay razones, por lo tanto.

Pero un bipolar es distinto. Un bipolar pasa por momentos de euforia o depresión que no dependen del mundo exterior o de las circunstancias a su alrededor. Un bipolar no necesita razones para su euforia o su depresión. Por supuesto él puede ter razones para estar feliz o triste y, a la vez, estar pasando por una fase de manía o depresión. Nada impide que haya esta coincidencia. Su ascensión en la carrera puede coincidir con el comienzo de una crisis eufórica.

Aunque factores externos pueden contribuir a las crisis o incluso hacer que empiecen, ellos no deberían ser vistos como justificación para estas crisis. El trastorno bipolar hace que todo sea diferente...

En general, con el tiempo la depresión empieza a venirle sin razón aparente, y el bipolar ya no sabe por que sufre, ya no encuentra en el mundo exterior las razones de su sufrimiento. Eso, de ningún modo, puede ser confundido con tristeza.

Mira: Si el bipolar pasa por una cirsis eufórica, el mundo a su alrededor le puede dar razones para ser triste, pero, mientras durar la fase de euforia, su humor seguirá elevado. No habrá lo que llamamos tristeza. Tal vez el bipolar se irrite porque fue contrariado o porque alguién le mostró que él está siendo exagerado, pero él no perderá el ánimo mientras la fase eufórica no se acabe o no sea estabilizada por medicamientos...

Y eso es lo que muchos no entienden. El bipolar no está eufórico porque lo quiere o porque encontró razones para estarlo, pero debido a factores internos que él no puede controlar. El bipolar no pide que su humor se eleve, ni puede pedir que vuelva a su normal. No es algo que depende del bipolar. No es algo que obedece a factores externos. Lo mismo pasa con respecto a la depresión. De ser así, resulta poco sensato, de la parte de familiares o amigos, pedir que el bipolar ablande su ánimo durante las fases de euforia o que él se anime durante las de depresión... En fin, nadie da lo que no tiene. Y, sin medicamentos, el bipolar no puede tener su humor bajo control durante las crisis. Es necesario recurrir a la medicación para que el humor sea estabilizado, es decir, para que el humor deje de estar elevado o deprimido...

Si el bipolar se encuentra en una fase depresiva, por ejemplo, eso ni siquiera de lejos es lo mismo que estar triste. La depresión obedece a factores internos: de nada vale contarle un chiste, invitarlo a fiestas o ofrecerle lo que antes lo alegraba. Porque ahora es distinto. Mientras dure la fase depresiva, el bipolar reaccionará de modo depresivo al mundo exterior, a las circunstancias. La depresión, así como la euforia, obedece a factores internos, dictando al bipolar como él reaccionará al mundo aquí fuera.

El bipolar, durante las crisis, tiene un mundo dentro de sí mismo que no se comunica con éste aquí. Tú no puede esparar que un bipolar vea el mundo con los mismos ojos que tú si él por casualidad pasa por una fase depresiva o eufórica. No será el mismo mundo para ambos. Vosotros os podéis ir lado a lado, pero no estarán pisando el mismo suelo o viendo el mismo paisaje... Si un bipolar está deprimido y cruza una desierto durante el día, el mundo le resultará frío y gris.. Si está eufórico, él pasará nieve y frío y se sentirá calentado.

En las fases de euforia, todo le resulta posible al bipolar. En las de depresión, incluso levantarse de la cama puede ser una tarea ardua.

La depresión, así como la euforia, debe ser controlada por medicación. Sin medicamentos, una crisis maníaca puede durar meses o más, una crisis depresiva no controlada por medicamentos se puede manifestar un tiempo aun más grande...

La mejor intervención por parte de familiares es buscar ayuda médica. La mejor intervención de la parte de amigos es sugerirla. No hay remedios caseros como consejos, reprensiones o castigos... Y, cuanto antes venga la ayuda médica, mejor. Estar atento a lo que es tristeza, para no confundirla con depresión, es fundamental. La tristeza, este sentimiento unviersal que todos experimentamos, no es enfermedad, pero la depresión sí lo es. Al igual, la alegría es un sentimiento, pero la euforia está más allá de esta alegría o del exceso de energía.

No confundir una cosa con la otra puede ser la diferencia entre un diagnóstico pronto de trastorno bipolar y un periodo largo de sufrimientos innecesarios. No esperes que algo grave suceda. Si tú sospechas de algo, busca ayuda profesional de inmediato. Si acaso no sea nada, mejor aun...

Pero, como muchas personas cerran sus ojos para los síntomas, creyendo que no es nada, que esto se acabará tarde o temprano, muchos bipolares dejan de recibir el diagnóstico al pronto y el tratamento adecuado. Diez años, un década, es el tiempo promedio para que el diagnóstico correcto llegue. Mientras tanto, el sufrimiento puede ser grande. No tener el propio humor bajo control lleva al bipolar a hacer cosas que él no haría si no fuera el trastorno bipolar. Hay una fuerza más grande que lo rige en estos momentos.

Durante las fases de euforia, él se puede exporner a situaciones de peligro, arriesgando su existencia sin darse cuenta, a veces hiriéndose o perdiendo su vida. Él puede estar más dispuesto a relaciones con otras personas, al abuso de álcohol, etcétera. Se puede sentir superior a los riesgos o las dificultades que surjan en su camino, aunque en realidad no sea capaz de afrontar estos riesgos sin dãno de su persona o de superar estas dificultades. Durantes las fases eufóricas, él reacciona de más al mundo exterior, de modo no proporcional a las circunstancias.

Durante las fases depresivas, pasa lo contrario. Todavía de forma no proporcional, ahora él reacciona de menos al mundo exterior; es menos capaz de impornerse a los demás o a las circunstancias. Él pierde su ánimo incluso para tareas que antes podía cumplir fácilmente o para diversiones que antes le satisfacían. Asimismo, existe el riesgo de que el bipolar intente el suicidio.

Como vemos, existen riesgos a la integridad física o la vida tanto en la euforia como en la depresión. Ambas fases son dos lados de la misma moneda, y ninguna debería quedar sin cuidados. Estar alegre es bueno, pero estar eufórico puede ser arriesgado y triste...

Como he dicho arriba, no confundir alegría con euforia, no confundir tristeza con depresión puede marcar la diferencia. La grande diferencia. Puede ser la diferencia entre una vida normal desde el principio de la enfermedad y aquellos diez años sin tratamiento adecuado. Puede ser la diferencia entre un intento de suicidio y una vida plena o feliz. Puede ser la diferencia entre tener a un familiar o amigo bipolar a su lado y perderlo por omisión...

Por supuesto el trastorno bipolar se pude manifestar en otras maneras. A veces euforia y depresión se unen o se alternan en tal modo, que constituyen una sola fase, la mixta. Pero a través de este texto tú empiezas a tener una idea de lo que es ser bipolar. Es mucho más que estar alegre en un momento y triste en el próximo. Es una condición particular, casi nunca comprendida por terceros. Es el tema que está en la moda, pero entendido superficialmente como todo aquello que no es objeto de estudios o reflexión.

Reducir el estigma y estimular el tratamiento son las mejores acciones que podemos llevar a cabo con respecto al trastorno bipolar. Haz tu parte. Si quieres saber algo más sobre el tema, frecuentemente visita páginas sobre el tema en Internet o síguelas.

Según algunos números, incluidas las formas más blandas del trastorno, un 6 a 8 por ciento de la problación mundial es bipolar...

De verdad, ¿no conoces a ningún bipolar tú? Mira a tu alrededor de nuevo... Pero recuerda que, con información, vemos mejor...


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